This entry was posted on 04/10/2009 at 16:54 and is filed under blanco y negro, Fotografía, pequeño universo. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.
This entry was posted on 04/10/2009 at 16:54 and is filed under blanco y negro, Fotografía, pequeño universo. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.
06/10/2009 a las 8:28 |
que felicidad!puf, la última vez que me quedé hasta las 10 fué porque estaba malita..grñññ..en esto sí que noto los años…bueno y cuando me miro en el espejo, jeje…El espejo y la almohada.Si no fuera por esto, como de 30 años, peeero…
qué gracia, el pie termostato, ese pie que entra y sale de la cama y regula toda la temperatura del cuerpo…
06/10/2009 a las 8:37 |
Ese es mi pie, el pie termostato, sí señora.
Y cómo nos gusta hablar de lo mayores que nos hacemos: que si me canso de maquillar ochocientas personas seguidas y ésto antes no me pasaba, que si me quedo calvo por momentos… en fin, si además perdemos con la edad pequeños placeres como el dormir a pierna suelta, ya solo nos queda el vino.
Lo siento Sergio, a ti ni eso.
06/10/2009 a las 13:05 |
oyeoye, que maquillar ochocientas personas me cansaba a los 23 también…mira tú…¡¡¡soy una máquinaaaaa!!!!(799 no me cansan nada…pero 800…puff)
Hombre, que no sólo el dormir tropecientas horas y el vino conforman el mapa de los placeres.Yo, íncluso he descubierto nuevos, que antes no lo eran, como por ejemplo quedarme una tarde o una noche tirada en el sofá con mi chico al lado dándome masajitos en los pinrreles y yo le rasco la espalda.Antes, ímpensable(¡qué aburrimiento, sin salir por ahí a cancanear, la aúténtica diversión universal!).Una cerveza bien fría con espumita en el sofá de la terraza…yo sola…Otras cosas y muchas más
07/10/2009 a las 18:07 |
Ayy, el mapa de nuevos placeres. Quien me iba a decir que me gustaría tanto cocinar, oir ronrronear a mis chicos durmiendo sobre mi pecho y andar por la calle mirando al suelo buscando algo que fotografíar.